Volví a prender la luz
para escribir este poema,
con su superstición
de mensaje en la botella
de avioncito de papel.
Hay una mujer dentro de mí
que apaga las luces
que cierra las puertas
que llama al orden desde adentro
que elige el silencio.
Pero también hay otro ser
otro que ni siquiera es cuerpo
que parece más viento
un espectro que
despeina
desinventa
despinta
desdice
desencuentra
que prefiere irse dejando la puerta abierta
la barca con las anclas levadas
vulnerable
a la tempestad y a la marejada
a la superstición
del mensaje en la botella
del avioncito de papel.