Es bello todo aquello que hemos aprendido a amar. Los brazos gordos que prometen envolver, un llorar sin aspavientos; la anarquía de un pelo desobligado, la obediencia de un pelo recién cortado; una risa con ganas, una sonrisa ensayada; el desafío de las pecas que no se ocultan, la timidez de las que sí; la determinación deSigue leyendo «Superficie»
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Abismo
Tal vez fue su enorme mano roja marcada en mi piel o tal vez algo más sutil, una sentencia: «nadie te va a querer así». Como un animal domesticado tengo en el estómago ese lugar que se estremece cuando voy a cruzar el umbral. Como un ratón de laboratorio respondo puntual al dolor del estímulo queSigue leyendo «Abismo»
¿Autonomía?
Hay gruesas y breves cadenas de hierro que laceran los tobillos, que impiden caminar. Que precisan fuego, que queman igual. Hay sogas muy largas que dan ilusión de libertad, que ignoras hasta cuando vas muy lejos y tiran de ti con fuerza para regresarte a tu lugar. Hay hilos suaves que arropan, que te hacenSigue leyendo «¿Autonomía?»
A mano
Hace tiempo había perdido la costumbre de escribir a mano. Desde que el imperio de los computadores había reemplazado la hoja de renglones por aquellas filas de letras uniformes e impersonales que firmaba para el colegio de los niños y que presentaba en los informes a fin de mes. Por eso no pudo evitar la sensaciónSigue leyendo «A mano»
¿Ajusticiar?
Tanta gente dispuesta a sacrificarse por el mundo: la horca, el pelotón de fusilamiento, la silla eléctrica, el gas letal o la inyección, la cadena perpetua, los paramilitares, los disparos legales. Jueces, policías, militares, científicos, periodistas y civiles opinadores, dispuestos a ser verdugos de buen corazón. El sacerdote que le da al condenado la última oportunidadSigue leyendo «¿Ajusticiar?»
¿Cuál es el límite de la lealtad?
Hay gente que se casa, que elige por compañía a un ser humano aunque no entienda por qué se gasta toda la plata en libros, por qué no le cobra los préstamos a los hermanos, por qué le hace fuerza al Barcelona antes que a un equipo local o por qué come pizza con piña.Sigue leyendo «¿Cuál es el límite de la lealtad?»
¿Qué hay del otro lado?
Gente prisionera, viendo cada tarde la misma puesta de sol, armando su postal del mundo a través de una mínima fracción, uniforme y descolorida, como el mosaico del suelo de un viejo salón. Del otro lado del cerco un nítido paisaje se extiende hasta un horizonte que la vista no alcanza a cubrir: el ridículo imposible,Sigue leyendo «¿Qué hay del otro lado?»
¿Para qué quedarse adentro?
En el afuera me espera la complicidad del árbol que se hace sombra de noche y en el día hace figuritas en el suelo con los rayos del sol. La ropa extendida en los balcones, las revelaciones inesperadas que regalan los extraños y la gente que se besa en la calle sin pudor. En elSigue leyendo «¿Para qué quedarse adentro?»